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CONFLICTO PALESTINO – ISRAELÍ
Por Evangelina Armilio (*)

La relación entre palestinos e isralelíes siempre ha sido conflictiva. Cuando los intereses de dos o más pueblos se ven en juego, surgen controversias que pueden ser resueltas por dos vías: las negociaciones diplomáticas o el enfrentamiento armado. Dentro de esos intereses, están aquellos que son considerados vitales para el mantenimiento de la existencia del propio Estado y que un gobierno debe procurar defenderlos siempre. Entre israelíes y palestinos son varios los conflictos que han surgido y que los han enfrentado, tanto diplomática como bélicamente. Los conflictos entre estos pueblos exceden las cuestiones fronterizas, incorporando aspectos religiosos, económicos y humanitarios al enfrentamiento. Han visto también la incorporación de otros actores internacionales al conflicto, tejiendo un sistema de alianzas y enemistades entre países y condenando sus acciones más violentas.
En el siglo XIII a.C. los hebreos comen-zaron a instalarse en Palestina, tras su huida de Egipto. La región era, según sus creencias religiosas, la tierra prometida a a Abraham por Dios (Antiguo Testamento: Gén. 17, 4-8). El rey Salomón fue quien mandó a construir el templo en Jerusalén, pero tras su muerte el reino hebreo se dividió en dos: Israel (en el norte cuya capital era Jerusalén) y Judá (en el sur con capital en Samaria). Ambos reinos cayeron bajo el avance de pueblos extranjeros, asirios y neobabilónicos. Así, en el año 586 a.C. el pueblo hebreo fue deportado de Jerusalén. Años más tarde –en 539 a.C- el rey persa, Ciro, conquistó la región y les permitió regresar a la tierra prometida. Sin embargo el emperador romano Tito volvió a destruir el reconstruido templo de Jerusalén en el año 70 d.C.

En el siglo VII d.C. se instalaron mu-sulmanes en la región tras la expansión territorial del Islam. Jerusalén se convirtió también en una importante ciudad para el mundo musulmán y en sede de sus rutas comerciales. Allí se encuentra la Explanada de las Mezquitas, que alberga los templos de Al Aqsa y la Cúpula de Roca y es considerada como el tercer lugar sagrado del Islam.

A fines del siglo XIX, se originó en Europa la doctrina conocida como sionismo, que preconizó el regreso del pueblo judío a Sión (montaña de Jerusalén). Esta doc-trina se convirtió en proyecto político de la mano de Theodor Herlz y buscó la construcción de un Estado autónomo. A mediados del siglo XX el horror del Holocausto puso en evidencia la urgente necesidad de un Estado judío y en el año 1947, la Asamblea General de la Orga-nización de las Naciones Unidas (ONU) resolvió la creación en el territorio palestino de dos Estados (un Estado judío y otro palestino) -fijó sus fronteras y definió en teoría los derechos que cada una de las nuevas entidades debían garantizar a las minorías de la otra- y la creación de una zona internacional, Jerusalén. En 1948 David Ben Gurion proclamó la creación del actual Estado de Israel con el apoyo de los Estados Unidos. La creación del Estado de Israel provocó el rechazo de los vecinos países árabes, que enviaron sus tropas a la zona, dando comienzo a la primera de guerra en la región. La creación del Estado Palestino autónomo aún hoy sigue siendo motivo de violentos enfrentamientos.
Por otra parte tenemos los intereses puntuales del enfrentamiento y que han dado lugar a la permanente violación de los derechos humanos entre ambos pueblos:

La Tierra: Es un interés vital para cualquier Estado. Los palestinos reclaman una soberanía real y absoluta sobre las tierras de la Franja de Gaza y Cisjordania y la posibilidad de conexión entre ambas. Los israelíes, en nombre de la seguridad de su territorio, pretenden aislar a los territorios y a la población palestina. Los asentamientos de colonias judías en los territorios de Gaza y Cisjordania han sido una clara evidencia de esta disputa. Son los grupos terroristas palestinos, como Hamas, que se generan en estas zonas quienes llevan adelante atentados civiles contra los colonos israelíes.

Los Recursos Naturales: Los recursos naturales también son considerados por la mayoría de los Estados como un interés vital, y los mismos cobran aún más im-portancia cuando escasean. En este caso, el agua, elemento indispensable para la vida, es recurso escaso. Su consumo de agua anual por habitante es inferior en un 40% al consumo consi-derado óptimo. Para satisfacer las demandas básicas de la población, así como los reclamos de los sectores agrícolas y demás sectores económicos, el gobierno israelí necesita mantener el control de las fuentes de abastecimiento fundamentales; el río Jordán y los acuíferos subterráneos de Gaza y Cisjordania. Además de los recursos naturales hay cuestiones de índole socioeconómica que agravan aún más el conflicto. Las mismas se originan en la desigualdad de condi-ciones económicas entre los dos Estados, de la cual resulta una abundante mano de obra árabe barata.

Jerusalén: La disputa por Jerusalén no sólo encierra cuestiones de soberanía territorial, sino que también incumben cuestiones culturales y religiosas de gran importancia. La ciudad de Jerusalén es centro religioso y lugar sagrado para las dos religiones: hebrea y musulmana. Allí se encuentran lugares sagrados como las ruinas del Templo de Jerusalén y la Explanada de las Mezquitas. Desde 1967 Israel controla la parte oriental de la ciudad, y los palestinos la parte occidental en Cisjor-dania, controlando los barrios árabes y lugares santos musulmanes y cristianos.

Los Refugiados: Sin el elemento humano no puede haber Estado posible, y cuando la población se encuentra dispersa en otros territorios, las autoridades deben buscar la reunificación; a su vez cuando la población se ve amenazada, sus representantes tienen la obligación moral de velar por su seguridad y subsistencia. Estos últimos ejemplos suceden en el caso palestino pero se ven dificultados por la presión que Israel ejerce sobre ellos. El regreso de los refugiados parece improbable si no se acuerdan las condi-ciones, ya que sus propiedades fueron confiscadas por el gobierno israelí a través de la llamada Ley de Ausentes. La Comi-sión Internacional de Derechos Humanos de la ONU ha decretado la urgente nece-sidad de protección internacional para los refugiados y para la población civil palestina que reside en territorios ocupados. A su vez, ha reclamado el retorno a sus hogares o la indemnización monetaria a los refugiados.

La Intifada y Hamas: “Intifada”: Con este nombre se conoce a la rebelión civil árabe, a la auto-defensa del pueblo palestino. Su lema: “justicia, libertad y paz”. La misma comenzó en 1987 cuando jóvenes civiles palestinos se enfrentaron al ejército israelí en protesta por la ocupación de la franja de Gaza y Cisjordania. El enfrentamiento dejó un saldo de más de 20.000 muertos y heridos.

El grupo Hamas fue creado durante la Primera Intifada y busca la destrucción del Estado de Israel al que considera ilegí-timo y continúa con su política de atentados terroristas a través de su brazo armado: las Brigadas de Izz ad-Din al-Qassam. Debido a estas prácticas no han tenido buenos vínculos con la Autoridad Nacional Palestina. Las brigadas son el ala militar de la organización. Su ala política es la encargada de construir escuelas y hospitales en Cisjordania y en la Franja de Gaza y en brindar ayuda a la comunidad en asuntos sociales o religiosos. Hamas tie-ne un número no determinado de miembros en un núcleo considerado “duro” y decenas de miles de seguidores entre los palestinos.

La resolución de este conflicto no es tarea fácil, pero sí es necesario que la toda comunidad internacional propicie un acuerdo firme que garantice la paz en la región y la vida de millones de palestinos e israelíes.
(*) Lic. en Historia USAL
Fuente: www.institutojauretche.edu.ar

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